Como si de retroceder en el tiempo se tratara, a la cabeza de todos los béticos vienen hoy imágenes de aquel 18 de mayo de 2013, día en el que el Betis se despedía de Primera división en Pamplona, tras una temporada ignominiosa, con la promesa (y la obligación) de recuperar la categoría lo antes posible. Un año después, el equipo se proclamaba campeón de Segunda y emprendía el camino de regreso a ´casa´. Tras quince meses de deriva por el desierto, el Betis retomará esta noche la historia donde la dejó con el compromiso moral ante los suyos de resarcir aquel batacazo.
