Ha pasado ya un año de uno de los episodios más comentados de la historia del Levante. Hablamos de la intentona de compra de Robert Sarver, magnate americano propietario de los Phoenix Suns de la NBA, de la entidad de Orriols.
Robert Sarver, propietario de los Phoenix Suns.
Cayó como una bomba el rumor, y pronto se hizo eco la noticia cuando fue oficial: Sarver quería realmente adquirir el Levante. Para ello, se rodeó de gente de confianza, entre ellos Steve Nash, uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto, y se lanzó a por la entidad granota. Con esto ya confirmado, se tuvo que reunir la directiva levantinista con la fundación para analizar la situación.
El club siguió fichando y llevando la pretemporada mientras seguían saliendo noticias sobre la posible compra del Levante. Acabó por designarse el Día D, el 28 de julio, en él se decidiría en votación la respuesta de la entidad a la oferta de Sarver. El resultado fue claro, con cierta mayoría: El Levante no se vende.
Esta decisión fue recibida de modo dispar entre los aficionados. Estaban los soñadores que se veían en Europa con esta venta y los románticos que creían en mantener la esencia valenciana del club. He de admitir, entre estos últimos me encontraba yo.
Ahora resulta difícil no mirar atrás y pensar: "Ay, si hubiéramos dicho que si... No estaríamos en segunda". No obstante, equipos como el Racing dijeron que sí, y pudieron desaparecer por puro capitalismo. Los títulos en España tienen amo y señor, y son el Barcelona y el Madrid, a excepción de temporadas locas donde salta la sorpresa. Dicho eso, ¿que iba a venir a buscar un millonario si no es meter veinte millones para sacar cuarenta?
Puede ser que Sarver realmente quisiera hacer grande al Levante, pero seamos sinceros, muy pocos equipos con este tipo de ventas realmente salen ganando. Los ejemplos más claros son el Racing y un Málaga que estuvo cerca de descender. Tal y como funciona el mundo, nadie mete millones en una organización por cortesía. Si alguien invierte es porque ve posible hacer ganancia, y ese va a ser su objetivo.
Así pues, pese al descenso sufrido por el Levante, la decisión de no vender el club fue acertada. Esta era una apuesta demasiado arriesgada, que en cambio, si tomó el Mallorca, club que pertenece a Sarver actualmente. Solo el tiempo y el destino del Mallorca desvelará cual era la intención del millonario americano.
Redactado por Gerard Escribano (@gerarddealberic)
Redactado por Gerard Escribano (@gerarddealberic)
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