El Getafe empató el gol inicial del Sporting y depende de sí mismo si quiere salvarse.
No era día para excusas. El Getafe recibía al Sporting de Gijón en un Coliseum parcialmente tomado por la mareona, que ocupó cerca de 3000 localidades y se hizo notar en el feudo azulón. El partido suponía una finalísima para ambos equipos, situados con 35 puntos en las posiciones 18 y 19 de la table. El Getafe tenía doble ventaja, una la de jugar en casa, algo que intentó neutralizar el Sporting, pero no pudo con la afición del Getafe, que siempre está ahí. Por otra parte, el Getafe contaba con el gol average ganado desde un principio, ya que doblegó por 1-2 al Sporting en el Molinón.
La batalla campal se abrió entre ambos equipos y aficiones en medio de una tarde lluviosa que empañó el colorido de las gradas del Coliseum. No era momento de especular, y eso lo sabía ya el Sporting, que tuvo la primera en el minuto 1 de partido. Tras esta ocasión, el balón y las oportunidades fueron del Getafe, que contó con numerosas opciones de batir a un Cuéllar que no pudo disimular los nervios. Tan solo llegado el minuto 15 el Getafe se topó con el palo tras un disparo de Sarabia que hizo levantar de sus asientos a la afición azulona. El Getafe sabía que ese era su momento, y se encomendó a un inspiradísimo Pedro León para fabricar ocasiones de gol, que llegaban a pares. La defensa del Sporting sufría, sobre todo por el lado de Lora, que suplió con esfuerzo aquello a donde su calidad no alcanzaba. Aún así, el marcador al descanso fue gafas, algo positivo para el Sporting, que esperaba su momento.
Solo pasaron 5 minutos tras la reanudación cuando Sergio Álvarez remató de tijera un balón suelto dentro del área, para llevar la alegría al fondo sur del Coliseum, la mayoría rojiblanco. El Getafe se veía en segunda, y el Sporting salvado. Abelardo pidió cabeza a sus jugadores, inexpertos a la hora de manejar estas situaciones. Caso omiso el que le hicieron al técnico, ya que tan solo 7 minutos después del 0-1, una falta muy fea de Nacho Cases causaba su expulsión por doble amarilla. El Coliseum se venía arriba, y eso se tradujo a los jugadores, que buscaron el empate con más pundonor que cabeza.
La inercia azulona llevó al Sporting a acumular todos sus jugadores detrás del balón y a defender con ñas y dientes una victoria que valía oro. Una falta peligrosa de Lora fue la asistencia de gol. El guante de Pedro León funcionó a la maravilla, y tocó la cabeza de Scepovic antes de introducirse en el arco de Cuéllar. Era el 1-1, todo el esfuerzo sportinguista no había valido de nada. Restaban aún 15 minutos, pero tras unas intentonas del Getafe por conseguir la victoria, ambos equipos, que no aficiones, dieron por válido el empate.
La derrota del Rayo en Anoeta fue celebrado como una salvación por ambos equipos, y es que en efecto puede valerla. La situación de los dos equipos siguesiendo muy delicada, yel drama se vivía en el Coliseum, por parte de una mareona que rozó el cielo y ahora ve como ya no dependen de sí mismos, y por parte de los azulones, que tocaron el infierno y deben ganar en Sevilla para salvarse de manera matemática. Aún queda pan por repartir.
Redactado por @chiky_DMG18
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