Partido loco en el King Power Stadium, entre dos equipos que venían de rachas muy similares, tanto foxes como hammers llevan meses deslumbrando a los amantes del fútbol, y regalaron un partidazo al espectador, no absento de polémica. Los hombres de Ranieri salieron al campo dispuestos a demostrar el por qué de su liderato, no obstante, las circunstancias del encuentro iban a hacer de esa demostración, una tarea harto complicada.
A pesar del primer aviso de los visitantes, en forma de un cabezazo de Kouyaté, pronto se adelantaría el Leicester en una contra de manual, otra más. Los tres hombres insignia de este equipo, Mahrez, Kanté y Vardy, dibujaban una transición velocísima, con el resultado de un tanto que estrenaba el electrónico. El delantero estrella era el autor del tanto, y ya van 22.
Ya en la segunda parte, el Leicester enterraría su propia tumba, en un forcejeo entre Vardy y Ogbonna, el inglés caería al suelo, el colegiado, interpretando que se trataba de una simulación, sacó la segunda amariila, con lo cual el conjunto local se quedaría con 10 jugadores. Lo que daría pie a una remontada express del West Ham, ya que los tantos de Carroll y Cresswell fueron prácticamente seguidos.
Sin embargo, el Leicester no se rendiría, y espoleado por su afición, consiguió la heroica. Tras una jugada personal de Schlupp, Carroll contactó con el jugador del Leicester, con la mala fortuna de cometer penalti. La pena máxima la convertiría Ulloa, quien ya es un aficionado a convertirse en el héroe de los suyos saliendo desde el banquillo.
Con este resultado, el Leicester consigue un punto muy sufrido, que puede ser muy bueno en función de lo que hagan mañana los Spurs de Pochettino, quienes visitan la difícil plaza del Stoke. Son 8 puntos los que aventajan al segundo clasificado, quedando para el Tottenham 15 por disputarse, ya que tienen un partido menos. La Premier sigue siendo real.
Redactado por Miguel Castells (@CastellsMiguel)
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