Carlo Ancelotti se ha tomado unos días para reflexionar sobre las cosas que pueden cambiar y van a cambiar en el Real Madrid tras el parón de selecciones. En la cabeza del italiano se amontonan nombres y sistemas, hasta que a Carletto se le ilumine la bombilla. Y una idea está cobrando fuerza entre sus planes. La de retrasar a Bale a la posición que ocupó Di María la temporada pasada.
El equilibrio ya fue un quebradero de cabeza para Ancelotti el curso pasado. Quizás la reconstrucción del Madrid comience con este intercambio de posiciones, que sobre el campo tiene su explicación. Bale es un jugador con mucho mayor recorrido que James. Ocupa más espacio, puede sorprender llegando, sería más complicado de detectar para los rivales, menos previsible que pegado a la banda derecha. Además, maneja actitudes defensivas de su etapa inicial como lateral zurdo.
En el otro lado de la balanza, al alejarse del área, el Madrid perdería potencial rematador y desequilibrio en los metros finales. También cabe dudar de que este movimiento sea del agrado del galés, prácticamente liberado la temporada pasada del compromiso defensivo.
Cuando a un delantero se le retrasa y se le reclama sacrificio, es lógico que no lo reciba con
una sonrisa.
Sin embargo, Gareth ya jugó la temporada pasada como interior en un 4-4-2 en quizás el mejor partido del curso del Real Madrid, el 0-4 contra el Bayern en el Allianz. Aquella histórica noche, Ancelotti dibujó una línea de cuatro con Bale, Alonso, Modric y Di María, con Cristiano y Benzema arriba. El gales se sacrificó y apenas se soltó en ataque sin luego recuperar la posición. Un antecedente que invita a pensar que la solucion de la ecuación madridista puede ser Bale.
El antecedente
Así encontró Carlo el equilibrio el curso pasado, colocando a Di María junto a Alonso y Modric. El Fideo ya había sido probado en la medular en la selección argentina. Sin ser jugadores parecidos (Bale no tiene la agresividad en la presión del ya jugador del United), las cualidades de Bale pueden adaptarse a ese nuevo puesto.
Así encontró Carlo el equilibrio el curso pasado, colocando a Di María junto a Alonso y Modric. El Fideo ya había sido probado en la medular en la selección argentina. Sin ser jugadores parecidos (Bale no tiene la agresividad en la presión del ya jugador del United), las cualidades de Bale pueden adaptarse a ese nuevo puesto.
Otro de los motivos que invitan al italiano a retrasar al ex del Tottenham es la de acercar a James al área y liberarle de tareas defensivas. El colombiano demostró en Anoeta que le cuesta sacrificarse. Apenas siguió al lateral de la Real, De la Bella, en todo el partido, dejando a Carvajal en inferioridad dos contra uno.
Carletto podría así situar a James en ataque por la derecha, no tan lejos de los delanteros, sino siendo uno más. El colombiano aumenta su peligrosidad cuanto más cerca esté de la portería. Sin duda, el 10 del Madrid estará más cómodo como extremo que como centrocampista o interior.
Eso sí, de cara al derbi no parece que Ancelotti apueste ya por este cambio de posiciones. El del próximo sábado es un partido sin margen para el error, de ahí que no tengan cabida los experimentos. Lo lógico es que Bale parta en ataque, sobre todo si Cristiano no estuviera disponible, lo que sigue en el aire. Pero de cara a partidos a priori más asequibles, como el debut de Champions en el Bernabéu ante el Basilea, el italiano podría decidirse a plasmar esta alternativa. El equilibrio pasa por Bale.
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