Las Palmas y Córdoba CF empataron a un gol en el partido de vuelta de la final de los play-offs en el estadio de Gran Canaria, frente a casi 31000 aficionados. Un gol de Apoño al inicio de la segunda mitad adelantó a los canarios que ya se veían en primera, pero un gol de Uli Dávila en el 93, dio el esperado ascenso a los andaluces 42 años después.
Respeto e igualdad
Tras el empate a cero del primer partido de la final de los Play-offs, en el Arcángel, Córdoba y Las Palmas continuaron su mentalidad de intentar no cometer errores, que les hizo sumar, tras los 90 minutos de la ida, unos 45 más sin anotar gol
En un abarrotado estadio de Gran Canaria, con un espectacular ambiente con cerca de 31000 aficionados, los amarillos salieron a dominar y llevarse el partido que les podría haber llevado a Primera División, lo que le hizo dominar el encuentro más que los visitantes, a pesar de ir al descanso con el mismo marcador.
Apoño adelantó a los locales
Nada más comenzar la segunda mitad, los grancanarios hicieron el primer gol del partido que parecía que les daría el ansiado ascenso. El Córdoba comenzó a arriesgar más, debido a la necesidad de anotar algún gol, y les pudo pasar factura.
El veterano Raúl Bravo perdió un balón importante ante Aranda, quien le cedió el balón a Apoño para que abriera el marcador en el 48 ante una ilusionada afición amarilla. El Córdoba, dolido por el gol, no consiguió entonces más que desgaste físico que les pudo haber sentenciado. Los locales por su parte, tuvieron en sus manos la sentencia, pero perdonaron las nuevas ocasiones más claras que tuvieron.
La afición perjudicó a su equipo
Al contrario de lo que suele suceder, la afición del equipo local no benefició con apoyo y ánimos a su club, sino que tras una lamentable actuación, obligaron al árbitro a parar el partido, que sirvió al conjunto andaluz para reanimarse y volver a meterse en el partido a falta de menos de dos minutos.
Con el tiempo reglamentario cumplido, el colegiado añadió un total de tres minutos de prolongación. Tres minutos que gran parte de la afición grancanaria no esperó para celebrar el supuesto ascenso de su equipo, descendiendo de las gradas hasta el campo, preparando una posterior invasión del terreno de juego.
El árbitro, en vista de esta ilegal acción de la afición local, se vio obligado a parar el encuentro a falta de solo minuto y medio por jugarse, y no reanudarlo hasta casi 10 minutos después, tiempo más que suficiente para que el Córdoba se animase y se metiera en el partido lo suficiente.
Un gol para la historia
Con las pilas y los ánimos recargados, los del ‘’Chapi’’ Ferrer no desaprovecharon la última oportunidad que les quedaba, y con el tiempo casi cumplido, el mexicano Uli Dávila hacía el gol que devolvía a los verdiblancos, 42 años después a la categoría de oro.
En la última jugada del encuentro, un balón desesperado, largo, desde la banda derecha, era acomodado por Raúl Bravo, quien falló en el gol de Apoño, y le dejó el balón para que Ulises solo tuviera que empujarla como un gran cazagoles.
Nada más anotar el gol, el colegiado señaló el final del encuentro que suponía el regreso a primera de los andaluces, y tuvo que salir del estadio escoltado por la policía, ante otra más que lamentable actuación de la hinchada canaria. Sin embargo, la desolación se convirtió en alborozo y alegría para los pocos aficionados andaluces en el estadio de Gran Canaria, que 42 años después, volverán a ver a su equipo en Primera División.
Carlos Barba. @cBarba11
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