Fuente: es.fifa.com
Francia e Islandia disputaron el último partido de cuartos de final y definieron el equipo que se enfrentaría en semifinales ante la campeona del mundo, Alemania. Los anfitriones superaron a la rebelión de la Eurocopa en todas las facetas del campo, lo que provocó que el partido llegara a su ecuador con un 4-0. En los primeros minutos, un gran pase de Matuidi y un potente disparo de Giroud ya empezaron a matar a los vikingos. El problema empezó cuando Griezmann se puso las botas de asisitir, para primero botar un centro que sería rematado por Pogba y más tarde dejar un pase atrás que Payet envió con un gran zurdazo al fondo de las mallas.
El partido aquí dio un cambio bastante brusco, Islandia no estaba jugando tan mal, simplemente cada vez que le llegaban le metían y ellos no pudieron hacer lo mismo para arruinar la noche a Lloris. Dio un cambio brusco, el balón pasó a ser totalmente galo y Griezmann, tras un pase largo, el amago de Giroud de tocar el balón y un fallo de la defensa isleña, dio una galopada de unos 30 metros para acabar dejando una vaselina que seguramente no olvidaremos nunca.
No tuvo miedo Islandia de encontrar en la segunda parte una mala afición o demasiado éxtasis por parte de los franceses, de hecho fue todo lo contrario, ellos siguieron teniendo esperanza y consiguieron anotar un gol al empezar de nuevo el partido. Poco les duró la emoción, Giroud volvería a marcar para quitar toda esperanza al aficionado y jugador islandés, que a pesar de ello, peleó, se divirtió y demostró que un gran ejemplo de humildad, nos quitamos el sombrero. Pasaban los minutos y los gallitos no querían cansarse, le dieron el balón a Islandia y defendieron bien en zona, desgraciadamente para ellos, los islandeses se acercarían con un gol de cabeza, pero el partido ya había terminado.
Francia de tal manera se clasificaba para jugar las semifinales ante la poderosa Alemania, e Islandia se despidió como la rebelión del fútbol a nivel de selecciones.
Redactado por Juan Gil de Peralta (@juan_gil_13)
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