Semana complicada la que se le presentaba al manacorí por rivales y sobretodo por el estado de forma en el que se podría encontrar después de su retirada en Miami por el golpe de calor que había sufrido durante su encuentro de primera ronda.
En el debut le tocaba un rival a priori sencillo, el inglés Aljaz Bedene y al que superó sin muchas dificultades aunque mostrándose un poco nervioso. Un partido que podía ser un doble 6-1 acabó convirtiéndose en un doble 6-3 para meterse en tercera ronda.
En la tercera ronda y ya sin Novak Djokovic después de su derrota frente a Vesely tocaba un hueso duro, el austríaco Dominic Thiem que ya venció este mismo año en tierra a Rafa. Pero esta vez no iba a dejarse sorprender, tras un gran primer set de mucho nivel por parte de Thiem, el español rompió en el duodécimo juego para llevarse la primera manga por 7-5. La segunda, más igualada consiguió romper en el octavo juego para cerrar con su saque un gran partido y meterse en cuartos de final ganando 7-5/6-3.
Aquí esperaba Stanislas Wawrinka, vigente campeón de Roland Garros y un siempre difícil rival en cualquier superficie pero no iba a ser su día. Cuatro juegos necesitó para distraerse con la gente que estaba en el restaurante VIP y romper su raqueta. No existió en el primer set, 6-1 fue el resultado.
En la segunda todo se igualó pero Rafa seguía empeñado en querer que esta fuera su semana, en el noveno juego quebró el servicio del suizo para cerrar con su saque, 6-1/6-4 fue el resultado para meterse en semifinales.
Ronda que le medía al número dos del mundo y que ya sabe como jugarle en tierra batida pues ya le ganó en Madrid el año pasado en la final.
Andy empezó como un tiro, jugando y pasando por encima de Rafa sin cometer apenas errores y enviando a Rafa detrás de la línea de fondo. El manacorí no sabía como jugar en el primer set, 6-2 fue el resultado del primer set en favor del escocés. Pero llegaría la reacción de Rafa, esa que tanto le costaba tener en los últimos tiempos. Andy bajó el nivel y Rafa lo subió, lo que antes le entraba ya no, y lo que a Nadal se le iba fuera ya le entraba, así llegó la reacción de Rafa que necesitó de dos breaks para poder hacerse con el segundo set por 6-4 y llevar el partido a un tercero.
Fue en el tercero donde se notó que el físico ya no estaba con el número dos, apenas llegaba a las bolas ya muy desgastado por el esfuerzo de los sets anteriores mientras Rafa seguía creciendo y yendo de menos a más. Así gestó su victoria, comiendo la moral poco a poco a Murray hasta ganar para meterse en la final por un 2-6/6-4/6-2 y medirse así en la final al francés Monfils.
EL PARTIDO
Así podemos titular la grandísima final que ambos mostraron al mundo del tenis en Montecarlo. Tanto uno como otro sabían lo que se jugaban y en los dos primeros sets lo demostraron corriendo a por cada bola y dejando puntos que serán difíciles de superar de aquí a final de año. El físico empleado por cada uno es digno de estudio, Monfils defendiendo cada bola como si fuera Rafa en su mejor época y Rafa atacando y viendo como le volvían las pelotas. Al final del primer set y con el tie break asegurado y después de lograr varios breaks y recibirlos en contra al juego siguiente consiguió cerrar el set en una dura batalla con una doble falta de Monfils para poner el 7-5.
El segundo set cuando parecía que Monfils después del desgaste del primer set bajaría los brazos acabó haciendo todo lo contrario, siguió con el mismo nivel y pegando incluso más fuerte si cabe los golpes para que no le volvieran. Al igual que en el primer set hubo muchos breaks y esta vez fue el francés quien los aprovechó mejor, quebrando en el undécimo juego para cerrar y forzar con otro 7-5 el tercer set.
Y aquí no hubo historia, Gael no pudo más y Rafa acostumbrado a este tipo de partidos consiguió hacer un rosco y llevarse el torneo, igualando así la marca que consiguiera Novak Djokovic en el último torneo con 28 Masters 1000 y con Madrid en el punto de mira dentro de dos semanas, aunque antes, esta misma semana le tocará emplearse a fondo en Barcelona.
Redactado por Rubén Lago (@r0lago)
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