Para empezar, un rival a priori facil... o no. Nunca se sabe si un recién ascendido como el Córdoba será un paseo para este Real Madrid que vive entre dudas o se le atragantará contra todo pronóstico. El varapalo de la Supercopa puede tener dos efectos: uno malo y otro bueno. El primero se refiere a la desconfianza que ha generado Ancelotti, y el positivo tiene que ver con la obligación de dar un paso firme ante la afición de un Bernabéu repleto (lo llenarán los 4.000 cordobeses que vienen).
Ancelotti sale con todo lo que tiene, porque Di María, nominado como mejor jugador de la pretemporada blanca, estará ya en Manchester a la hora del partido. Curioso pero cierto, el futbolista que aclamó el Bernabéu en la ida de la Supercopa no tiene sitio ante la irrupción de un fichaje de 80 millones que juega por su mismo sitio. Pero de James, un auténtico crack, no es la culpa, lógicamente.
Desaparecido el Fideo, y con Benzema en estado de preocupante sequía, no extraña que Ancelotti vaya a tirar de Cristiano para intimidar al Córdoba. Oficialmente el portugués no está lesionado, al menos eso dice siempre Carletto, pero bien no anda. No hay más que seguirlo con detalle.
El foco recaerá sobré él, como siempre, compartiendo cartel esta noche con James y Kroos, debutantes en Liga, de quienes la grada espera lo mejor. Lo mejor es que el colombiano haga goles y el alemán lleve la manija del equipo.
Chapi Ferrer probablemente cauteloso, aunque seguro que valiente, esta convencido de seguir la pauta táctica del Atlético del Cholo para dar el susto al Madrid y al madridismo.
No le será fácil al Córdoba superar a una defensa con Carvajal-Pepe-Ramos-Marcelo (Coentrao se lesionó ayer) y el blindaje de un Casillas cada día más entero, integrado y repuesto.
Articulo realizado por: Daniel Campaña
Twitter: @darkdaty
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