miércoles, 18 de noviembre de 2015

Fórmula 1: Cuando el talento no es suficiente

La fórmula uno es un puzle compuesto de cientos de piezas completamente necesarias para alcanzar el éxito. El talento de los pilotos, el chasis, el motor… Cuando una de esas piezas falla, el puzle deja de cobrar sentido.





Talento: capacidad para el desempeño de una ocupación.
Max Verstappen: piloto holandés de Toro Rosso, de tan sólo 18 años.
Carlos Sainz: piloto español de Toro Rosso, de 21.

Una joven pareja con muchas similitudes: mismo equipo, mismas temporadas en Fórmula 1, y lo más importante… Ambos han conseguido, en su primer año en la categoría máxima del motorsport, demostrar que la palabra “talento” se les queda corta.

El primero ha llegado a ser comparado con Senna, después de ser el piloto más joven en subir a la Fórmula 1, capaz de poner emoción en carreras que bien podrían haber servido de nanas, protagonizando adelantamientos que los más veteranos no se atreverían a hacer.
El segundo consiguió dejar a más de uno con la boca abierta, tras remontar desde la última hasta la 6º posición en Rusia, después de estar 24 horas en un hospital; así como de demostrar en pista que rendirse no es una opción.

A estas alturas, casi nadie duda de que la joven pareja tenga mucho que aportar a este deporte. Las imágenes que han ido dejando a lo largo de la temporada, podrían hablar por sí solas. Pero, ¿qué hay de las cifras?
49 puntos, 5 abandonos, 12º posición. 18 puntos, 7 abandonos, 15º posición. Esa es la situación, respectivamente, en el campeonato de ambos pilotos. Situación que, aun siendo aceptable para un rookie, dista mucho de ser la merecida para ambos.

Entre los dos, suman 12 abandonos, hasta 4 consecutivos en el caso del español, provocados por fallos mecánicos. Además, suman 7 carreras en las que no consiguieron ni un solo punto. Si nos fiásemos sólo por los datos, la conclusión sería clara: No son regulares, no son fiables, o simplemente, están teniendo demasiados fallos propios de los novatos.

Adelantamiento de Max a Pérez en Brasil. Vía: LaF1.es


Sin embargo, la realidad dista mucho de ser así. Si bien es cierto que ambos han cometido errores debidos a su inexperiencia, lo cierto es que los resultados no hacen justicia a la gran temporada que ambos podrían haber hecho. El monoplaza que conducen es una máquina en cuanto a chasis se refiere, y así lo consideran ambos. No obstante, no es suficiente.

El motor, como cualquier aficionado podría intuir, es una pieza clave en ese puzle en el que todo tiene que encajar. Y en este puzle, hay algunas piezas que se sueltan constantemente. Las carencias del motor Renault se han traducido en abandonos, GP’s en blanco y frustración para dos pilotos que aún tienen mucho que demostrar. Es una situación incómoda para pilotos, ingenieros y fans, que ven como el talento que derrochan está siendo desaprovechado, viéndose eclipsado por un motor en decadencia.

Pero ni son los primeros, ni los últimos pilotos que, siendo conscientes de su valía, no consiguen demostrarla en cada GP por problemas ajenos a ellos mismos. Toro Rosso y Renault son, quizás, uno de los mejores ejemplos actuales de cómo de importante son todas y cada una de las piezas que forman una escudería, sin las cuales, el puzle queda incompleto.

@Paula_lovesmile

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