Dos goles de Lukaku y uno de Witsel reaniman a la Bélgica de Wilmots.
La selección belga se volvió a subir al barco, liderada por sus mejores hombres y encabezada por los tantos de Lukaku; quien se reencontró con el gol, dando muestras de que sus dotes de delantero tanque siguen intactas. El jugador del Everton tomó el timón para llevar a Bélgica a mareas más tranquilas.
Para aquellos que creían que Bélgica no valía, ahí estaba el mismísimo Lukaku para callar bocas donde mejor lo hace, sobre el césped. Tras el varapalo ante Italia, Bélgica dio su mejor versión y demostró que los prejuicios no van con ellos. Con la mejor versión de Hazard, Dembélé, De Bruyne y Witsel, la selección volvió a navegar como mejor sabe y reserva sus redes para el último duelo.
Wilmots rotó y dio entrada a Dembélé en el lugar de Nainggolan y a Carrasco, sentando a Fellaini. Además, Meunier ocupó el puesto de Ciman ante Italia, y esto dio más velocidad a Bélgica en el flanco derecho. Con todo esto, vimos a una Bélgica más potente en ataque y con un juego más elaborado. En cambio, Irlanda fue inferior y no se acercó a la versión que dio ante Suecia. O' Neill era conocedor de lo que tenían en frente y dibujó un planteamiento más replegado y aprovechando las contras.
La primera mitad fue un auténtico recital por parte de Bélgica. Irlanda se encerró en la cueva y los de Wilmots fueron con palos y piedras a buscar un gol que se resistió durante más de medio partido. Saliendo con el balón jugado desde atrás, con Witsel y Dembélé como referentes en la medular, los de Wilmots aprovecharon la calidad de hombres como Hazard para dar más fuerzas a las jugadas ofensivas, sin embargo no encontraron respuesta a la tentativa.
Tras el ecuador, Bélgica salió a buscar lo que no había encontrado en el primer tiempo, y lo encontró antes de lo previsto. Tres minutos tardó Lukaku en subirse al barco de los goleadores. De Bruyne dibujó la jugada y terminó cediéndole el esférico al del Everton, que disparó desde la frontal a donde Randolph no pudo ni olerla.
Irlanda intentó hacer algo en ciertos momentos y gozó de mayor posesión del esférico en la segunda parte, pero no asustaba y, es más, Courtois casi no tuvo que esforzarse para parar lo poco que fue a puerta. Sin más, llegó el segundo gol; Meunier le sirvió un centro a Witsel, que esperaba con hambre en la olla, donde cabeceó y puso el segundo de la tarde, otra demostración del juego a la contra del conjunto de Wilmots.
Nueve minutos más tarde, los 'diablos rojos' dejaron K.O. a su rival. Encarriló la jugada De Bruyne, buscó a Hazard y éste prolongó para Lukaku, rematando solo frente a la meta: así confirmaba el jugador que está en su mejor versión. La tercera diana del partido y, con esto, restaba ya poca historia. Bélgica escala a la segunda posición del grupo y está a un solo paso de llegar a octavos, Suecia no se lo va a poner fácil.
Redactado por Alberto García Martínez (@Albertitogmlc)
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