Inglaterra 2-0 Francia: El silencio de Wembley

Inglaterra se impuso a la selección gala en un duelo en el que lo de menos fue lo que ocurrió sobre el césped, que quedó relegado a un segundo plano por el homenaje a las víctimas del atentado del pasado viernes. Wembley se sumió bajo un silencio sepulcral, tal que el máximo ruido sería el propio silencio, protagonista y absoluto dueño del partido, imponente marca de 'libertad, igualdad y fraternidad'.

Dio comienzo el partido con un 'sonoro silencio' que no podía recordar a otra cosa que no fuera un funeral, funeral honorífico a los inocentes sufridores del fanatismo extremista. La paz reinó en Wembley y marcó los tornos sobre el campo, respetable y señorial actitud de los más de 70.000 presentes en la grada. La bandera de Francia ondeó por encima de cualquier diferencia ideológica.

Propiedad francesa sería el dominio en los primeros compases del partido. Sin embargo, los de Hodgson despertaron y se supieron defender con criterio, reivindicando su juego ofensivo e imponiendo el color británico sobre el terreno de juego en la primera mitad. Prueba de ello serían las constantes llegadas del combinado inglés; Kane, Rooney y Sterling tomaron el protagonismo y, llegando al ecuador, Alli amortizó lo ocurrido en el primer acto con un sublime gol. El balón despegó del pie del fútbolista y se hizo imparable para Lloris, que con una ambiciosa estirada no consiguió frenarlo, y acabaría recalando en la escuadra derecha.

Tras la reanudación continuó el sonambulismo de la selección francesa, la Marsellesa resonaba de fondo pero los galos parecían no salir de sus horrores, lo cual desembocaría en el segundo gol, obra de Rooney. Sterling centró desde el flanco izquierdo y, oportunista, remató con sutileza el mito inglés la bolea al segundo palo, haciendo imposible la parada al cancerbero. 

A raíz del gol, la Francia de Deschamps se volvió más fuerte en todas las facetas. Fortaleció su juego táctico y comenzó a abrir mejor las líneas. Sin embargo, el duelo comenzó a tornarse en un planteamiento más físico, que para nada favoreció a la temática principal. Pogba, Griezmann y Lass aportaron mayor consistencia al lado frances, pero El 2-0 quedó sellado tras la bocina final. 

Terminaba un enfrentamiento en el que lo de menos fue el resultado. La imagen de Wembley entregado a la bandera francesa quedará marcada para la historia, una reverencia a la tolerancia universal. 

Redactado por Alberto García (@Albertitogmlc)